dissabte, 17 d’octubre del 2009

Duelo Migratorio o Cómo integrarnos a una nueva sociedad en armonía (y 4)


¿Qué consecuencias tiene emigrar en nuestr@s hij@s?

Hasta donde lleguemos nosotros en la elaboración de nuestro duelo, hasta allí llegarán nuestr@s hij@s.

¿Qué quiere decir esta afirmación?

Si yo, contantemente alimento mi nostalgia por Venezuela (mi país de origen) y la idealizo y descalifico a mi sociedad de acogida como una forma rígida de defenderme ante las adversidades y las adaptaciones que necesito hacer para emigrar, muy posiblemente mi hijo experimentará esa sensación de no saber verdaderamente si su hogar está aqui o allá. Experimentará mis sentimientos de nostalgia. Cuando viaje a Venezuela sentirá que no es igual a su familia extensa que vive allá, pero que tampoco es como sus amig@s de la sociedad de acogida (en mi caso Catalunya).

Ahora, la forma en que yo haya elaborado el duelo no solo influirá en la identidad de mi hijo, sino en la de las siguientes generaciones. Imagínense el compromiso que esto significa para nosotros en relación a quienes nos van a trascender.

Una forma muy positiva de ayudar a nuestras nuevas generaciones es crear vínculos profundos con nuestra sociedad de acogida, reconocerla como nuestro nuevo hogar, hacer amig@s, establecer vínculos con nuestr@s compañer@s de trabajo y acceder a los diferentes recursos que nuestra nueva sociedad nos ofrece. Lo cual no implica negar nuestros origenes, sino aceptar nuestra nueva realidad.

Con este post considero que queda cerrado este ciclo sobre duelo migratorio desde mi perspectiva de la psicología de la migración, sin embargo recuerden que podemos recurrir a muchas fuentes para leer sobre este tema que nos toca personalmente, y estaré a la espera de sus comentarios por si aparece un nuevo aspecto sobre este tema que pueda incluir en mis posts.








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dijous, 8 d’octubre del 2009

Duelo Migratorio o Cómo integrarnos a una nueva sociedad en armonía (3)


¿Qué ganamos cuando emigramos?

Mis exalumnas me comentaban en Facebook que ellas perciben que han ganado varios aspectos intangibles y muy valiosos: grandes amistades, transformación personal, grandes aprendizajes, amor, entre otros.

Mi planteamiento en este post es que esas ganancias son resultado de potenciar nuestros recursos emocionales en el proceso de duelo e inmigración.

En estos días no he estado leyendo solamente sobre duelo migratorio sino sobre otros tipos de duelos bastante desvastadores, los asociados a lesiones medulares, y en estas lecturas me tope con un listado de sentimientos que considero son compartidos: inseguridad, ansiedad sobre el futuro, temor a no encontrar recursos ecónomicos, los cuales que pueden generar síntomas como insomnio, dificultades de memoria, embotamiento, etc.

En ambos tipos de duelo cada persona recorrerá un largo camino para rehacer su historia personal, para comenzar nuevos proyectos y progresivamente dejar la tristeza por lo que ha perdido.

Sin lugar a dudas nuestras capacidades emocionales son las que nos van a ayudar a redefinir nuestra personalidad en nuestra sociedad de acogida.

Muchas de esas capacidades emocionales dependerán de todo el bagaje previo que hemos ido acumulando a lo largo de la vida, lo que hemos aprendido antes de nuestra peregrinación: la flexibilidad para adaptarnos a los cambios, una personalidad sociable, con capacidad para establecer relaciones afectivas cálidas y la resiliencia son determinantes en esa transformación que experimentamos al adaptarnos a nuestra nueva realidad.

En muchas oportunidades nuestros mecanismos de defensa nos juegan malas jugadas, si son patrones rígidos de comportamiento. Algunos ejemplos de ellos nos los ofrecieron en un Taller de Apoyo a la Integración la Asociación Catalano-Venezolana, ellos son:

Negación: "todo es igual que en Venezuela", "a mi no me afectan estos cambios"

Proyección: "en Venezuela la gente no es tan complicada"

Idealización: "Venezuela es el mejor país del mundo", "aqui si que se vive bien"

Animismo: "Venezuela llora a los hombres y mujeres que nos vamos"

Formación Reactiva: rechazar la cultura venezolana para amoldarnos a la nueva

Racionalización: quedarnos en el plano de las ideas y los razonamiento para evitar sufrir y recordar.


Mientras que los estilos positivos de afrontar este duelo se relacionan con buscar apoyo emocional construyendo relaciones afectivas sólidas, capacidad de aceptar las críticas, poseer espíritu abierto y aproximarse a diferentes culturas sin prejuicios, sensibilidad y habilidad de comunicarse en diferentes contextos culturales, ser capaz de afrontar el estres, evitar volverse defensiv@ en relación a sí mim@ y nuestra propia cultura, buscar apoyo instrumental para hacerle frente a los retos reales, pasar por el proceso de dolor natural sabiendo que nos llevará años rehacer nuestra trayectoria vital, aceptar las pérdidas inevitables, contruir nuevos proyectos laborales, familiares o de desarrollo de nuestras aficiones, entre otros.

Estos estilos positivos son los que nos van a ayudar a crecer emocional y espiritualmente.


Hasta pronto.