dissabte, 24 d’abril del 2010

Género, Discriminación y más

Este es uno de esos post que me debía a mi misma, un asunto de dignidad, y ya verán por qué.
Hace unos cuantos años vivía pensando que la gran mayoría de las personas es buena, vivía en un mundo de fantasía, definitivamente.
Cuando poco a poco voy despertando al lado oscuro de la fuerza(es decir esa parte sórdida que tod@s llevamos dentro y que poc@s nos atrevemos a descubrir procurando actuarla sólo en los momentos adecuados) me doy cuenta que parte del problema de las relaciones humanas tiene que ver con el poder, y sobre todo con el exceso de poder conferido a los hombres en el ámbito público y sexual, mientras a las mujeres se nos otorga poder sólo en el ámbito doméstico y emotivo.
Muchas personas en Venezuela ven esta distribución de poder y tareas cómo lo deseable y determinado biológicamente, se decir, las mujeres nacimos para ser clavos y los hombres martillos, por naturaleza o designio divino.
Tomar conciencia de las desigualdades perpetuadas por mujeres y hombres a través de la cultura, no es una tarea fácil, para muchas personas se lleva muchos años de reflexión de lecturas, de contactos con culturas mas igualitarias, experiencias en las relaciones humanas, largas horas de psicoterapia e innumerables sufrimientos. Otras muchas personas jamás logran tener conciencia de género, y hasta dedican sus esfuerzos a mantener el status quo, aliandose con el lado oscuro de la fuerza, varios de ellos no toleran la libertad femenina, su sexualidad, necesitan mantener el control sobre la reproducción y piensan que una vida con mujeres castigadas por ser libres es más sana que la vida de las mujeres siendo cómo queremos ser, con igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos de la vida. En ese grna grupo status quo entran hombres, pero también mujeres, los prejuicios y la discriminación no se mantienen gracias a la aceptación de uno sólo de los géneros, a lo que se suma la participación de la mayoría de instituciones sociales, culturales, económicas y políticas.
En oportunidades en mis largas reflexiones hasta creo que muchas feministas mantienen estas desigualdades al asumir visiones muy radicales, muy teóricas, poco inclusivas y resentidas. Es como lo ocurrido con el racismo en EEUU, cuando incluyeron a l@s blanc@s se avanzó, falta incluir a los hombres en las luchas de género.
Continuará....

6 comentaris:

  1. Yo también he vivido un mundo de gente buena, burbujita pues! burbujita que se ha roto en gran medida al llegar aqui y encontrarme con formas y fondos que no comparto... y aunque comparto el fondo de la lucha de género, no siemrpe sus formas se parecen a mi búsqueda personal por la igualdad...
    Por esto último que dices en el post sobre las feministas radicales es que no logro identificarme con ellas en la forma que toma la lucha por la igualdad de oportunidades desde esa perspectiva.
    Creo que las mujeres tenemos mucho que avanzar juntas. Mucho. No sólo por nosotras, sino sobretodo por no perpetuar con nuestras formas de crianza patrones que generan sufrimiento.
    Pero hay que incluir a los hombres... y creo que muchos de ellos quieren ser incluidos...

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  2. Es impresionante como el peso de la cultura venezolana nos impide abrir la mirada a otras posibilidades. Yo me uno al club de los que empezó a ver que muchas cosas que dábamos por sentadas son terriblemente injustas y evitables. La experiencia comunitaria en otras latitudes (USA, Canadá, España...) nos muestra lo que a muchxs venezolanxs les da miedo expresar y aceptar: que hay muchos grupos, que cada uno tiene sus particularidades y que todos merecen un espacio en la sociedad. En Venezuela, y más ahora, parece que la lucha es para cortarnos a todos con el mismo rasero, y no precisamente en términos de equidad, sino de opresión.

    Nietzsche planteaba que la cultura occidental estaba enferma. No quiero imaginarme sus palabras para referirse a la cultura venezolana.

    Saludos!

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  3. Gracias por sus comentarios, ambos muy interesantes. Me inspiran para continuar escribiendo tanto desde lo personal como desde lo compartido culturalmente.
    Es increible como en Vzla. se ha establecido un sistema de desigualdad desde hace más de 40 años, y sobre todo en estos 11 recientes, cuya fachada (máscara) es la búsqueda de la equidad, pero en el fondo es opresivo, no se toleran las diferencias: hay que ser feminista de fachada a juro e idolatrar al presi-comandante, algo completamente contradictorio.
    En conclusión, tampoco sé cómo calificaría Nietzsche a nuestra cultura, porque enfermisima está, pero no moribunda.

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  4. Aqui he descubierto otra forma de machismo... y con ello re-descrubro (con desagrado y verguenza) el nuestro. Aqui no deja de sorprenderme que viejitos de más de 70 años maten a ancianas y luego se quiten la vida. Mi imaginación vuela y supongo a las viejitas haciendo un alto en sus vidas tratando de poner limites al abuso, apoyadas por hijas de esta generación (que en España es hablar casi de otro mundo) y luego se ven víctimas de un crimen atroz y fuera de todo parangón. Ese machismo impositivo de "aqui se hace lo que yo digo porque yo trabajo y pongo la plata y Dios asi lo quiso". Me contrasta tanto con el machismo latino de abandono, de mujer criando hijos sola, manteniendo maridos vagos que van y vienen cuando quieren, asumiendo responsabilidades y perpetuando el patrón. Que te matarían, pero jamás se quitarían la vida. De mujer que no es ama de casa, porque no puede, porque tiene que trabajar para que los hijos coman.
    Comparar ambas realidades, en medio de tanto dolor, sería absurdo.
    Pero son dimensiones de un mismo fenómeno. Hombres que no saben ser hombres y tomar en cuenta a la mujer. Y mujeres con miedo.

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  5. Cierto amiga, son dos rostros distintos del mismo machismo. Tengo fe en que las nuevas generaciones en muchos lugares del mundo como Venezuela y España, tengan una forma de vivir las relaciones entre los géneros diferente, así como una manera de vivir la diversidad sexual más inclusiva y equitativa.
    Queda también de nuestra parte difundir este tipo de reflexiones para que otr@s puedan pensar y construir relaciones más armoniosas.
    Es un trabajo de hormiguita.
    Y aún más, nosotras podemos dar cuenta de cómo la inmigración tiene mucho que ver con las desigualdades de género.

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  6. Sin embargo, hay notables diferencias entre la realidad Española en cuanto a la Violencia de Género, la población está mucho más empoderada, los medios favorecen que el problema se visibilice y las cifras son mucho menores porque ha sido una lucha de años. Eso es lo que nos permite al vivir aqui impresionarnos del fenómeno, que no visibilizamos en Vzla.

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