dijous, 3 de desembre del 2009

Temporada Otoño-Invierno 2009


Hoy a diferencia de otros días decidí escribir sobre un tema más personal que social, cultural o político. Sabiendo de antemano que uno de los motivos por los que escribo este blog se refiere a mi necesidad de elaborar mi duelo migratorio y desintoxicarme de muchos aspectos de nuestra cultura y del momento histórico que vive Venezuela.

Pero hoy es diferente, hoy he empezado a sentirme vulnerable frente al clima, vulnerable emocionalmente. Yo siempre he pensado que ser tropical es divertido, porque la parte de mi que sigue siendo como el mar Caribe, cálido y poblado de seres multicolores, es tan divertida como un Oriental o un Maracucho. Pero, ahora que estoy viviendo frente al Mediterraneo, con un clima más templado, siento que está emergiendo ese aspecto más introvertido, similar a las pequeñas calles del Raval de Barcelona. Sin duda es un reencuentro conmigo misma, con el silencio, la soledad y la reflexión. Esta experiencia viene a ser una suerte de transmisión de la piel hacia el alma, transmisión del frio, de los vientos gélidos del norte, transmisión de la necesidad de transformación silenciosa.

dimarts, 24 de novembre del 2009

Las noticias de Venezuela desde afuera


Cuando vivía en Venezuela leía con mucha frecuencia las noticias políticas, culturales, económicas, de salud, educativas, entre otras. Cuando mi papá trabajaba llevaba el periódico todos los días, luego que se jubiló lo compraba sólo los fines de semana. Más tarde, cuando me independicé yo misma los compraba los domingos y el resto de la semana los leía en digital.

He de confesar que desde que estamos en un crisis política perenne leo mucho más las noticias políticas, y con el paso del tiempo me doy cuenta que la gran mayoría de ellas sólo se centra en la figura de Hugo Chavez, tanto de quienes lo idolatran como de quienes lo desprecian, porque es asi, los medios menos que nadie escapan a la polarización entorno a este personaje público que aprovecha y se entretiene con los medios de ambos lados de la fuerza.

Desde la distancia sigo leyendo, y lo que observo es el deterioro de las condiciones de vida (por ejemplo: racionamiento de agua en un país inmensamente rico en este recurso) racionamiento de electricidad (idem), escacez de alimentos, inflación, ni hablar de la enorme cantidad de asesinatos (porque los secuestros lo cuenta la gente directamente, no aparecen en los medios).

Pero cualquier hij@ de vecina me podría decir, ¡Conchale chica, pero no todo es tan malo! Es cierto, hay noticias soft como la coronación sucesiva de las "Misses Universos" venezolanas con aquello de "¡Marica, ganaste!", o las maravillas de Dudamel en todo el mundo y la Orquesta Sinfónica Simón Bolivar o las esperanzas y satisfacciones deportivas como la Sub20.

Sin embargo, yo percibo que estas alegrias resultan "alegrias de tísico", cuando la población sufre una división llena de odio, resentimiento e impotencia como el modus vivendis esquizoide venezolandis. Claaaro, cuando se ve la mitad de la realidad se sufre, no hay pele. Cuando no somos capaces de reflexionar sobre cómo intervenimos en nuestros destinos, cuando la violencia convierte al vecino en un enemigo potencial (ejemplo: cuando alguien cruza un semaforo y le tocaba luz verde, los coches pasan y además lo insultan), resumo: cuando la vida se transforma en supervivencia.

Me siento en el deber de reconocer que esta es mi perspectiva, que para much@s venezolan@s, sobrevivir es "normal", "Hay que acostumbrarse a todo", en fin "hay que echarle bolas".

dijous, 12 de novembre del 2009

La Violencia Crónica en Venezuela




Hace uno o dos años a uno de mis hermanos intentaron quitarle su camioneta, los ladrones lo persiguieron a él y a su esposa hasta que llegaron a una muebleria, donde a mi cuñada intentaron quitarle un reloj arrastrándola y a mi hermano le pusieron una pistola en la boca del estomago, el episodio terminó gracias a que los ladrones se asustaron al estar en un lugar público. Estoy segura que si mi hermano lee esto estará agradeciendo el milagro que le permitió seguir adelante.
Asi mismo, pocos meses después, mi otra cuñada fue amenazada con una pistola en la cabeza en un semaforo para quitarle el carro.

Les soy sincera, esto es una pendejada en comparación con lo que ocurre día tras día en Venezuela. Asesinatos van y asesinatos vienen. Hasta el punto en el que ya parece "normal". Y si te roban, es por tu culpa porque no tomaste una nueva ruta o porque saliste con dinero, es decir, se culpabiliza a la víctima, no al delincuente, al criminal.

En un país donde la pobreza es mas grande que las aspiraciones de la gente, en un país donde los gobiernos nunca han vivido de los impuestos sino que han repartido como mejor le parece los ingresos por el petroleo, es muy difícil que no exista esta violencia tan gruesa.

En muchas oportunidades he debatido con amig@s sobre este tema, vari@s de ell@s profesionales de las ciencias sociales y en particular de la psicología, hablamos de factores culturales como "la viveza criolla", esa capacidad para brincarse las normas sin sentir la menor culpa, tipo psicopatía, que cada vez nos caracteriza más. Hemos hablado del machismo que obliga a los jovenes dominar un territorio de manera violenta, también hemos hablado de las drogas como detonante y como agravante, hemos llegado al punto de pensar en el maltrato que sufren much@s venezolan@s en la infancia y de un estilo autocrático en la crianza. Y creo que aunque nos partamos el coco, no tenemos influencia, no tenemos poder, ni formación específica para adentrarnos en el tema con seriedad.

L@s que en este momento gobiernan ven como causas directas al capitalismo (por aquello de las expectativas de acumular) y a los video juegos. Según entiendo hay planes y proyectos para formar una policía nacional y mientras tanto pañitos de agua tibia.

Pero, el corazón de la gente que ha sufrido pérdidas tan traumáticas en Venezuela necesita mucho más que eso, mucho mas.

También, es muy cierto que mientras la mayor parte de la población siga estando excluida de la educación, de la salud, con ingresos bajisimos, sin empleo o siendo parte de la economía sumergida, va a ser muy difícil que no se exprese de manera violenta.

Cuando leo los periodicos venezolanos pienso que nos hemos desensibilizado, hemos entrado en el terreno de la indiferencia, viviendo fuera esta perspectiva se acentúa más, veo con dolor noticias y más noticias de asesinatos, y mi impresión es que estamos paralizados, quizas de terror, quizas de impotencia, de arrechera porque las autoridades son ineficaces, o porque el problema es tan gordo que no ven por donde agarrarlo.

Justo cuando terminaba este post me encontré con esto:
http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/142840/44-personas-murieron-baleadas-por-dia-el-ano-pasado-en-el-pais/

diumenge, 1 de novembre del 2009

Cambios en mi manera de ver la vida y mis procesos migratorios


La primera vez que viví fuera de Venezuela, estuve dos años en Alicante, en esa época aprecié varios aspectos de esa sociedad que significaron un cambio importante en mi forma de entender la vida: una sociedad con más seguridad personal, donde la gente siente que tiene derechos, los reclama y con frecuencia los escuchan, mayor organización del sistema sanitario, mayor reconocimiento de derechos a minorías (discapacitd@s, sexodivers@s, ancian@s, niñ@s, etc.) mayor agilidad en procesos administrativos como la adopción, una clase media numerosa, entre otros. (Un inciso: en España se quejan burda de la ineficiencia de su sistema estatal, sinceramente pienso que sus referencias deben ser otros paises europeos más organizados y con más logros, jamas ni nunca Latinoamerica).

Durante esos años analizabamos en la universidad la desigualdad entre las sociedades occidentales y el llamado Tercer Mundo. Esto unido a todos esos beneficios de vivir en un país con más organización y mejor funcionamiento de las administraciones públicas me transformó en una persona aún más idealista y con más sed de igualdad y justicia que cuando no había vivido fuera del terruño patrio.

Estando en Venezuela me dí cuenta de las grandes dificultades para llevar estos ideales de igualdad a la práctica. La polarización política produce un efecto tan maligno que las personas aliadas al gobierno estiman más al gobierno que sus ideales, y quienes son de oposición, aunque tienen algunos ideales de igualdad aún no se deshacen del lastre conservador que les impide ver que lo que les pasa a otr@s, les podría estar pasando a ell@s (por ejemplo: caso de violencia de género, una psicóloga violada en la carcel, por una parte l@s chavistas estaban interesad@s en que no lo conociera la opinión pública porque perjudica el informe que el gobierno pasa a la ONU, mientras que opositores le restan importancia porque no era una persona cercana a ell@s, pero cuando asesinaron a una psicóloga cercana si hay una reacción importante).

Ahora que vuelvo a vivir fuera, y en una cultura con una historia de luchas sociales tan interesantes como la cultura catalana, al leer noticias como las de la pasada semana donde Lisa Justiniano relaciona la homosexualidad con diversos trastornos mentales sin fundamento científico en el Diario Últimas Noticias, o como la del Profesor Lava que considera que l@s homosexuales no pueden gozar de los mismos derechos que las personas heterosexuales, y toda la lucha digital que se ha dado para destituir al profesor que padece homofobia, siento que hay esperanza en l@s jovenes que tienen sus ideales intactos y que los expresan sin pepitas en la lengua, venezolan@s que estan dentro y fuera del país.

Hace poco tuve la suerte de escuchar en Barcelona a una intelectual excepcional, Amelia Varcárcel, ella hizo un recuento histórico impresionante en el que me quedó grabada la lucha admirable de las Sufragistas por el derecho al voto y el acceso libre a la educación para las mujeres. Y esas palabras retumban en mis oidos por las noches, cuando recuerdo que mi abuelita estando mayor aprendió a leer con el famoso Método Acude, y yo tanto que he podido estudiar en las universidades, y tantas oportunidades que tengo, pero que mi abuela no tuvo en la Venezuela de finales del siglo XIX y principios del XX.

En todo el mundo nos falta mucho para alcanzar el Bienestar y la Igualdad, pero unid@s podemos mantener lo que otr@s nos han dejado y alcanzar más libertad, más justicia, más igualdad.

dissabte, 17 d’octubre del 2009

Duelo Migratorio o Cómo integrarnos a una nueva sociedad en armonía (y 4)


¿Qué consecuencias tiene emigrar en nuestr@s hij@s?

Hasta donde lleguemos nosotros en la elaboración de nuestro duelo, hasta allí llegarán nuestr@s hij@s.

¿Qué quiere decir esta afirmación?

Si yo, contantemente alimento mi nostalgia por Venezuela (mi país de origen) y la idealizo y descalifico a mi sociedad de acogida como una forma rígida de defenderme ante las adversidades y las adaptaciones que necesito hacer para emigrar, muy posiblemente mi hijo experimentará esa sensación de no saber verdaderamente si su hogar está aqui o allá. Experimentará mis sentimientos de nostalgia. Cuando viaje a Venezuela sentirá que no es igual a su familia extensa que vive allá, pero que tampoco es como sus amig@s de la sociedad de acogida (en mi caso Catalunya).

Ahora, la forma en que yo haya elaborado el duelo no solo influirá en la identidad de mi hijo, sino en la de las siguientes generaciones. Imagínense el compromiso que esto significa para nosotros en relación a quienes nos van a trascender.

Una forma muy positiva de ayudar a nuestras nuevas generaciones es crear vínculos profundos con nuestra sociedad de acogida, reconocerla como nuestro nuevo hogar, hacer amig@s, establecer vínculos con nuestr@s compañer@s de trabajo y acceder a los diferentes recursos que nuestra nueva sociedad nos ofrece. Lo cual no implica negar nuestros origenes, sino aceptar nuestra nueva realidad.

Con este post considero que queda cerrado este ciclo sobre duelo migratorio desde mi perspectiva de la psicología de la migración, sin embargo recuerden que podemos recurrir a muchas fuentes para leer sobre este tema que nos toca personalmente, y estaré a la espera de sus comentarios por si aparece un nuevo aspecto sobre este tema que pueda incluir en mis posts.








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dijous, 8 d’octubre del 2009

Duelo Migratorio o Cómo integrarnos a una nueva sociedad en armonía (3)


¿Qué ganamos cuando emigramos?

Mis exalumnas me comentaban en Facebook que ellas perciben que han ganado varios aspectos intangibles y muy valiosos: grandes amistades, transformación personal, grandes aprendizajes, amor, entre otros.

Mi planteamiento en este post es que esas ganancias son resultado de potenciar nuestros recursos emocionales en el proceso de duelo e inmigración.

En estos días no he estado leyendo solamente sobre duelo migratorio sino sobre otros tipos de duelos bastante desvastadores, los asociados a lesiones medulares, y en estas lecturas me tope con un listado de sentimientos que considero son compartidos: inseguridad, ansiedad sobre el futuro, temor a no encontrar recursos ecónomicos, los cuales que pueden generar síntomas como insomnio, dificultades de memoria, embotamiento, etc.

En ambos tipos de duelo cada persona recorrerá un largo camino para rehacer su historia personal, para comenzar nuevos proyectos y progresivamente dejar la tristeza por lo que ha perdido.

Sin lugar a dudas nuestras capacidades emocionales son las que nos van a ayudar a redefinir nuestra personalidad en nuestra sociedad de acogida.

Muchas de esas capacidades emocionales dependerán de todo el bagaje previo que hemos ido acumulando a lo largo de la vida, lo que hemos aprendido antes de nuestra peregrinación: la flexibilidad para adaptarnos a los cambios, una personalidad sociable, con capacidad para establecer relaciones afectivas cálidas y la resiliencia son determinantes en esa transformación que experimentamos al adaptarnos a nuestra nueva realidad.

En muchas oportunidades nuestros mecanismos de defensa nos juegan malas jugadas, si son patrones rígidos de comportamiento. Algunos ejemplos de ellos nos los ofrecieron en un Taller de Apoyo a la Integración la Asociación Catalano-Venezolana, ellos son:

Negación: "todo es igual que en Venezuela", "a mi no me afectan estos cambios"

Proyección: "en Venezuela la gente no es tan complicada"

Idealización: "Venezuela es el mejor país del mundo", "aqui si que se vive bien"

Animismo: "Venezuela llora a los hombres y mujeres que nos vamos"

Formación Reactiva: rechazar la cultura venezolana para amoldarnos a la nueva

Racionalización: quedarnos en el plano de las ideas y los razonamiento para evitar sufrir y recordar.


Mientras que los estilos positivos de afrontar este duelo se relacionan con buscar apoyo emocional construyendo relaciones afectivas sólidas, capacidad de aceptar las críticas, poseer espíritu abierto y aproximarse a diferentes culturas sin prejuicios, sensibilidad y habilidad de comunicarse en diferentes contextos culturales, ser capaz de afrontar el estres, evitar volverse defensiv@ en relación a sí mim@ y nuestra propia cultura, buscar apoyo instrumental para hacerle frente a los retos reales, pasar por el proceso de dolor natural sabiendo que nos llevará años rehacer nuestra trayectoria vital, aceptar las pérdidas inevitables, contruir nuevos proyectos laborales, familiares o de desarrollo de nuestras aficiones, entre otros.

Estos estilos positivos son los que nos van a ayudar a crecer emocional y espiritualmente.


Hasta pronto.

dimarts, 29 de setembre del 2009

El duelo Migratorio o Cómo integrarnos a una nueva sociedad en armonia (2)


¿Qué perdemos cuando nos hemos ido de Venezuela? ¿Por qué podemos atrevesar por momentos de dolor en repetidos episodios? ¿Qué repercusiones tiene la inmigración para nuestr@s hij@s?

Estas son muchas de las preguntas que nos hacemos cuando somos inmigrantes.

Hoy me voy a limitar a contestar desde la Psicología de la Inmigración la primera: ¿Qué perdemos cuando nos vamos de Venezuela?, les voy a describir brevemente de las diversas pérdidas en el duelo migratorio según el mismo Valentín González Calvo (2005):

1.El duelo por la familia y l@s amig@s: Este duelo comprende la separación de hij@s, padres mayores, herman@s, familia extensa, además de amig@s y de las relaciones íntimas. Se pierde la red familiar. Aunque en ocasiones las familias se reagrupan parcialmente. Un aspecto importante, este duelo lo viven quienes se van y la familia que se queda.

2. El duelo por la lengua: perdemos el uso fluido de nuestra lengua materna debido al uso cotidiano de otra. Por otra parte, como el aprendizaje de la nueva lengua es un proceso lento se hace difícil la expresión de los aspectos íntimos en este nuevo idioma.

3. El duelo por la cultura: se siente una pérdida por tradiciones, valores, formas de vida propios de la cultura de Venezuela. En muchas oportunidades se intenta revivir esas costumbres, por ejemplo: hacemos las hallacas en diciembre.

4. El duelo por la tierra: los paisajes, colores, olores, la vegetación, la luminosidad. Sobre todo para quien emigra a paises con estaciones el cambio suele ser significativo.

5. El duelo por el estatus social: vivir en un nuevo país incluye una pérdida del status social, pues muchas veces nos incorporamos en un nivel socioeconómico bajo. Estar en el nivel más bajo nos será útil para progresivamente asentarnos en nuestra nueva sociedad de acogida. Sin embargo, si permanecemos en él mucho tiempo tendemos a desmoralizarnos y desmotivarnos.

6. El duelo por el contacto con el grupo étnico: sentimos seguridad en el encuentro con nuestro grupo de pertenencia, donde nos identifican y reconocen. Sin embargo, la distancia de lo nuestro nos hace más evidente esta pérdida.

7. El duelo por los riesgos físicos: en Europa se observa como african@s surcan el mar o europeos del este se arriesgan viajando en los amortiguadores de los autobuses, emprenden viajes muy riesgosos con importantes amenazas para la salud y para la integridad física. Cabe destacar que much@s venezolan@s podemos sentir que los riesgos de nuestros viajes no son tan grandes como los de vivir en medio de la inseguridad en Venezuela, a la cual muchas veces precibimos como una amenaza bélica.

8. El duelo por la pérdida del proyecto migratorio: esta pérdida es más dura cuando las personas vienen con expectaivas poco realistas, se trazan objetivos ilusorios y cuando se dan cuenta de que no pueden conseguir los objetivos se desestabilizan, se sienten muy estresados y se culpan a sí mism@s por esta derrota.

9. El duelo por no poder regresar: el deseo de volver siempre está, no se abandona nunca. Si las condiciones económicas y administrativas lo permiten vamos de visita, en ese momento se reaviva el duelo.

Como pueden apreciar el duelo migratorio incluye muchas pérdidas significativas, de allí que sea una de las experiencias más difíciles de afrontar debido a las intensas emociones que genera.

diumenge, 27 de setembre del 2009

El duelo Migratorio o Cómo integrarnos a una nueva sociedad en armonia (1)



Luego de recibir en Facebook algunos comentarios de venezolan@s muy querid@s que también han decidido vivir en otros destinos, he decidido escribir en varias entregas sobre el tema del duelo migratorio. Aclarando que voy a hacer varias referencias a lecturas de psicología del/la inmigrante aplicadas desde mi perspectiva a lo que creo pueden ser nuestras vivencias como parte de un proceso social y político reciente.

Cuando hice mi primer proceso migratorio leí vari@s autor@s, y me dí cuenta que much@s ven nuestro duelo un poco más dramático de lo que es, pero como siempre existen diferencias individuales en cómo se viven los procesos emocionales, comprendo que hay personas que viven la migración como una catastrofe y asi lo transmiten y hay quienes lo afrontan con más estabilidad emocional y tienen más recursos sociales y económicos que suavizan el cambio.

En esta oportunidad he leido a Valentin Gonzalez Calvo (2005). Este autor menciona varios aspectos importantes que es importante que tengamos en cuenta y que el Chaman Urbano comentó en el blog pasado: la idealización.

Cuando vamos a un nuevo destino sin expectativas realistas, pensando que nos la vamos a comer, que vamos a ser los más exitosos del mundo y que nuestra sociedad de acogida va a ser el paraiso terrenal, estamos idealizando la sociedad de acogida.

Cuando ya hemos pasado los primero 6 meses de luna de miel, suele aparecer la nostalgia, saudade, añoranza, etc, es decir, nos deprimimos al darnos cuenta que estamos enfrentando varias pérdidas. Si son más las pérdidas que las ganancias o si nos sentimos muy vulnerables porque la sociedad de acogida nos rechaza o discrimina o simplemente estamos en un momento de la vida muy frágil, va a ocurrir que comenzamos a idealizar a Venezuela, pensamos en las playas, en el Avila y lloramos o deseamos estar allí, empezamos a pensar que dejamos a nuestra maravillosa familia, a l@s mejores amig@s del mundo, a la gente más amable de la tierra, etc. Cuando en realidad todas estas personas, lugares, costumbres comidas son buenas, pero no son esa perfección ni extasis en que las convertimos cuando no sabemos cómo afrontar la adversidad o cuando las adversidades son tan arrechas que no nos queda otra que regresar al vientre nacional.

El problema cuando idealizamos en nuestra fantasía a Venezuela, es que empezamos a descalificar o desvalorizar a nuestra sociedad de acogida, que tendrá sus defectos, pero también puede tener muchos recursos que ofrecernos, y que despreciamos por el mero estado emocional que nos embarga.

Ahora bien, puede ser que nos ocurra un proceso distinto, que es el rechazo a nuestra cultura de origen, es decir, Venezuela mesma. ¿Por qué? Porque nuestro país esta jodido, trastornado, caotico, y esto tampoco nos ayuda mucho porque la parte de nuestra vida y de nuestr@s antepasad@s que transcurrió en Venezuela fue valiosa y aún quedan muchas personas, lugares, comidas, costumbres hermosas allá. La vida sigue en Venezuela, aunque nosotr@s hayamos decidido bajarnos de ese tren por razones muy legitimas y valederas.

Si rechazamos a Venezuela, estamos desvalorizandonos a nosotr@s mism@s, y eso sería hacernos tanto daño como quedarnos allá aunque no lo deseemos.

Yo creo que con estas ideas ya hay bastante para pensar, hasta la próxima.

dimecres, 23 de setembre del 2009

Breves recomendaciones para comenzar en otro país


Cuando decidí irme de Venezuela, todavía no se había realizado el Referendum para la Enmienda de Febrero de 2009, todavía no habían ocurrido muchos hechos violentos que han acentuado aún más la polarización que sumerge las emociones de cualquier venezolano, ni los abusos de poder del gobierno ni las estrategias repetitivas y fallidas de la oposición de converirse en una alternativa convincente para la mayoría de la población.

Y con todo ese panorama de lo que vive mi familia y buena parte de mis amig@s, decido comenzar una nueva vida en Barcelona. Qué ha significado esto:

Seleccionar el país y la ciudad de acogida: ya conocia Barcelona, me agradaban algunos rasgos del gentilicio y de la política, sabia que es costosa (Caracas compite en este punto), sabia que hay organización sanitaria, educativa pública, sabía lo desagradable del invierno para seres tropicales. Preparé los papeles, porque si no es dificil sobrevivir dignamente.

Recursos económicos: este punto es el que suele ser decisivo, nosotros tenemos suerte y también nos la buscamos, pienso que abriendo canales de comunicación con la sociedad las posibilidades se dan. Sin lugar a dudas, hace falta paciencia para afrontar estos nuevos retos. Y humildad, pues en tu lugar de acogida nadie sabe si eres capaz de hacer muy bien pequeñas y/o grandes cosas.

Separarse de la familia: antes habia tenido un pequeño proceso migratorio a Alicante, durante dos años, para mí en ese momento me desarraigué, porque emocionalmente fué un momento duro, extrañaba la familia, l@s amig@s, la comida, el paisaje, todo pues. Pero cuando volvi durante 3 años y medio me di cuenta que es difícil ver a la familia y a amig@s porque cada uno está trabajando y atendiendo sus responsabilidades, y también entendi que podía disfrutar muchas cosas, pero el costo emocional por la conflictividad política era demasiado grande, y no sólo eso, también la inseguridad creciente, el mal manejo de la basura en uno de los mejores municipios de Caracas, el tráfico espantoso sin alternativas de transporte público hacen la vida poco grata en Caracas.

Las redes sociales: es importantisimo hacer nuevos lazos de amistad, y ellos no pueden estar basados en que tus amig@s sean latinoamerican@s o venezolan@s, sino en la calidad humana de con quienes comparten, es decir, su solidaridad, su capacidad de empatía, valores y apertura al cambio.

Lo nuevo: todos los días aprendemos muchisimas cosas nuevas, en mi caso aprendo catalán y aprendo cómo se vive en Barcelona, qué trámites hay que hacer, qué recursos ofrece la sociedad.

Generalizar poco: cada persona es distinta, porque sea venezolano o catalán no tiene por qué tener determinada característica de personalidad, "hi ha de tot". Eso no quiere decir que no existan algunas diferencias más o menos generales: por ejemplo que l@s venezolan@s somos muy abiert@s al principio para hacer amistad y l@s catalanes dan su confianza más lentamente.

Nada es blanco y nada es negro: si algo he aprendido en la vida y después de tanta terapia, es que todo tiene su lado hermoso y su lado desagradable u odioso, lo importante es reconocerlo, comprender que yo también soy así, y tomar las decisiones con conciencia de ello. Hace falta templanza para hacer frente a las decepciones que siempre aparecen y sabiduría para aprender de ellas.

Quizas este post sea sólo expresión de lo que yo vivo, pero creo que siempre contar las experiencias además de desintoxicar, puede ayudar a otr@s.

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divendres, 11 de setembre del 2009

Escribir

Desde hace algún tiempo he venido sintiendo el deseo de comenzar a escribir y plasmar en imágenes algunas de las vivencias, pensamientos y sueños que han ido surgiendo en este interesante camino de la vida. Sólo hoy decidí atreverme a expresar en mi lengua nativa, esos contenidos tan personales.

Soy inmigrante, esa decisión ha estado motivada por varios conflictos sociales y políticos que hacen eclosión en este momento, entre los cuales destacan: la inseguridad (en Venezuela mueren cerca de 100 personas semanalmente como víctimas de la delincuencia, sin que el gobierno mueva un dedo), la altísima conflictividad política (en este momento hay un gobierno que habla como gobierno de izquierda, pero actúa como de derecha, ya con 10 años en el poder, y los resultados más evidentes son que la corrupción y el resentimiento entre venezolanos se apoderan del país).

A todo esto se suma, un factor muy importante, la cultura del venezolano: "quitate tu pa' poneme yo", "te sonrio y echo vaina, pero si puedo te jodo", "ese chamo es un pendejo, reclama porque se le estan coleando", "como esto es del gobierno, hay que repartirlo entre todos", "cómo arreglamos eso?, sabes que tengo una hambre pareja por qué no te compras un pollito en la esquina? -sugiere la funcionaria policial-", "ese chavista es un mono", "te mereces que te robaran por escualida". Estas expresiones son cotidianas y podría gastarme la vida analizando la viveza criolla, el atropello a los derechos de los demás, la descalificación a quien actúa según las normas, la matraca, el racismo, el resentimiento, la envidia, etc.

Muchas personas pueden argumentar que este no es motivo para hacer semejante sacrificio, sin embargo desde mi perspectiva estos problemas tan graves y que afectan a tanta gente, en lugar de empezar a darse los primeros pasos para su solución, cada vez se van agravando tanto que si quiero vivir en paz el tiempo que tenga de vida, prefiero estar afuera. Teniendo claro, que tampoco vivo ni viviré en ningún paraiso.

Ahora, porque no quedarme a luchar?, soy de izquierda, he sido una mujer idealista con deseos de justicia, pero no me quedo porque aunque en muchos momentos tengo un espíritu heróico, considero que es necesario ser humilde y aceptar lo incontrolable de muchos procesos sociales que estan fundamentados en alteraciones colectivas, muchas de ellas inconscientes.

Espero continuar queriendo a mi país, espero poder hacer lo que este a mi alcance desde la distancia, espero ir poco a poco expulsando las toxinas consumidas, para reecontrarme y renovarme en este trance.